Me levanté tarde porque estuve insomne por tres horas y cuando sonó el despertador y lo apagué, me quedé dormida.
Me puse shampoo dos veces porque mi subconsciente decidió que hoy era un buen día para no usar acondicionador.
Usé lo último que me quedaba de talco en los zapatos equivocados.
Guardé la llave en el bolsillo más recóndito de mi mochila y cuando llegué a la puerta de calle (cerrada, obvio) tuve que desensillarme para buscarla y poder salir.
Pise la que creo que era la última baldosa suelta con agua debajo en todo el camino hasta la oficina.
Cuando llegué me di cuenta que los únicos papeles que TENÍA que traer eran los que había dejado sobre la mesa para no olvidarlos.
Al lado de los papeles....estaba mi almuerzo.
Hoy mi jefe decidió jugar a "quien es el idiota petulante más grande del mundo"...y va ganando.
Sólo llevo unas horas del día....pero esto parece prometedor.